Axel cuenta cómo fue que se convirtió en capo del pop melódico. Y revela que en Traslasierra encontró su lugar en el mundo. Mirá su último video.
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Es raro. Un artista romántico bonaerense que conquista Latinoamérica, edita un DVD que desbanca de los rankings a los de Madonna y U2 y llena domos a su paso se vino a vivir a Las Rabonas. Mientras muchos en su lugar negociarían con inmobiliarias de Miami una mansión con embarcadero, Axel, el capo melódico en cuestión, eligió nuestro valle de Traslasierra para ver la vida pasar cuando su cargada agenda le permite el momento de la contemplación.
Y todo parece indicar que esta renuncia al lugar común ha afectado a su música. Axel acaba de publicar Un nuevo sol, un disco aparentemente concebido entre despertares calmos y que transmite amor, claro, pero también mucha paz. "Cuando encontrás tu lugar en el mundo, cuesta venirse para acá", dice Axel desde Buenos Aires, dejando en claro qué representan los extremos de la línea telefónica. "La felicidad y la paz están adentro tuyo. Un lugar no te las dará por sí mismo. Pero hay lugares en el que conseguís relajarte, comunicarte más con tu mundo interior. En Traslasierra consigo eso, sentirme bien conmigo y con todo el mundo. Soy feliz allí. En contacto con la naturaleza con el agua, los animales", redondea.
-¿El concepto de "Un nuevo sol" se dispara en este contexto?
-Un nuevo sol es un concepto general. Hasta aquí, componía enfocado en una relación amorosa... Ahora amplié el registro temático, escribo sobre lo humano, la tierra, los mensajes que uno deja, la búsqueda de la felicidad. Muchas de las canciones las hice en Córdoba, sí. Y en algunas, incluso, busqué romper con las fronteras políticas y raciales que existen entre las personas. También entender que un árbol es un hermano, y enaltecer los conceptos de dignidad, paz y amor. Son 13 canciones, hay cuatro baladas y nueve que se reparten entre mid tempo, up tempo.
-En este disco tocás mucho, te involucrás más en el aspecto formal. ¿Es así?
-Uno va creciendo y entendiendo la vida desde diferentes enfoques. En la parte musical crecí en todo. En lo que respecta a la producción de discos, desarrollé capacidades para conseguir un buen audio, mejorar la calidad de los arreglos. Como cuando lo hice me dio buenos resultados, seguí intentando. Y hay otra dimensión más allá del crecimiento profesional. Al principio hacía música por el simple hecho de hacer música, pero al convocar miles de personas sentí que eso me da como un poder... Concluí que podía aprovechar esa llegada para tirar mensajes, participar en movidas sociales, defender reivindicaciones de algunos pueblos con problemáticas serias. La mega minería, por ejemplo. Me preocupa esa cuestión.
-Cuando uno revisa el impacto estadístico que consiguió, puede neutralizarse. ¿Te pasó?
-Todo lo que hago fue paso a paso, con conciencia y tranquilidad. Pero los objetivos son cada vez más altos. En mi cabeza siempre estuvo el objetivo de alcanzar México, por ejemplo. En un momento no se daba, acaso porque no estaba en los momentos y lugar adecuados... Hasta que me relajé y sucedió. Y ahora pienso en esos términos, será lo que tenga que ser. Pero desde que sucedieron ciertas cosas, me empecé a sentir tan bien con lo que hacía que me preocupé por el arte, la grabación, por todo. Te voy a amar está entre las 15 canciones más escuchadas del continente y no hay que perder de vista el dato, pero nunca cargué con ninguna mochila. Siempre me responsabilicé por dejar buenos mensajes, me preocupé por hacer buenos discos.
-¿Qué vibra recibís del mundo de nuestra música? Porque sos el artista que ha destronado a Madonna y a U2, algo que, supongo, obliga al entorno a contarte las costillas.
-Siempre pensé que, mientras cada uno sea auténtico en lo que hace, todo saldrá bien y generará las condiciones para ser respetado. Disco a disco fui sintiendo el respeto de los colegas... "¿A ver qué hace este chico?" es algo que sentí, obvio. Pero también la sensación de que me empezaron a respetar cuando notaron la seriedad y el profesionalismo con lo que asumo todo. Es fundamental la onda que uno tenga para arrojarle a ese entorno. Si tirás buena onda, recibís buena onda.
-Sos el típico yerno perfecto, pero debés tener algún lado jodido. ¿O no?
-Todos tenemos nuestro lado oscuro. Nuestro punto límite. Uno puede ir corrigiéndolos a medida que aparecen. Yo puedo ser autoritario, pero tengo la cabeza abierta para escuchar las observaciones bienintencionadas de las personas que me quieren. Soy un buen tipo, pero si me pedís una palabra que me identifique: autenticidad. Con vos hablo en los mismos términos que en el escenario. Arriba no invento ningún personaje.
Paradas cordobesas en una vida en gira
Axel afrontará en breve una gira larguísima, que prevé una parada en Río Cuarto el 30 de setiembre y otra en el Orfeo Superdomo el 12 de noviembre. Son shows uno atrás del otro, con intervalos de algunos días que se invertirán en giras promocionales por ese mercado mimado llamado México. Abrumador. Agotador. ¿Cómo se prepara Axel para semejante trajín? ¿Será partidario de los cuidados intensivos?
"Por sobre todo me preocupa la voz por sobre todo. Así que todos los días a la mañana, y bajo cualquier circunstancia, hago mis ejercicios de vocalización -contesta-. El viaje en avión es cansador en sí mismo, pero está la diferencia horaria y los cambios alimenticios. En los hoteles procuro comer cosas nutritivas, que me mantengan sano. No me cuido con las comidas pero trato de alimentarme sanamente. No fumo. La voz es un músculo que hay entrenar todo el tiempo. Y cuando pinta hacer deporte, hago deporte".
Y todo parece indicar que esta renuncia al lugar común ha afectado a su música. Axel acaba de publicar Un nuevo sol, un disco aparentemente concebido entre despertares calmos y que transmite amor, claro, pero también mucha paz. "Cuando encontrás tu lugar en el mundo, cuesta venirse para acá", dice Axel desde Buenos Aires, dejando en claro qué representan los extremos de la línea telefónica. "La felicidad y la paz están adentro tuyo. Un lugar no te las dará por sí mismo. Pero hay lugares en el que conseguís relajarte, comunicarte más con tu mundo interior. En Traslasierra consigo eso, sentirme bien conmigo y con todo el mundo. Soy feliz allí. En contacto con la naturaleza con el agua, los animales", redondea.
-¿El concepto de "Un nuevo sol" se dispara en este contexto?
-Un nuevo sol es un concepto general. Hasta aquí, componía enfocado en una relación amorosa... Ahora amplié el registro temático, escribo sobre lo humano, la tierra, los mensajes que uno deja, la búsqueda de la felicidad. Muchas de las canciones las hice en Córdoba, sí. Y en algunas, incluso, busqué romper con las fronteras políticas y raciales que existen entre las personas. También entender que un árbol es un hermano, y enaltecer los conceptos de dignidad, paz y amor. Son 13 canciones, hay cuatro baladas y nueve que se reparten entre mid tempo, up tempo.
-En este disco tocás mucho, te involucrás más en el aspecto formal. ¿Es así?
-Uno va creciendo y entendiendo la vida desde diferentes enfoques. En la parte musical crecí en todo. En lo que respecta a la producción de discos, desarrollé capacidades para conseguir un buen audio, mejorar la calidad de los arreglos. Como cuando lo hice me dio buenos resultados, seguí intentando. Y hay otra dimensión más allá del crecimiento profesional. Al principio hacía música por el simple hecho de hacer música, pero al convocar miles de personas sentí que eso me da como un poder... Concluí que podía aprovechar esa llegada para tirar mensajes, participar en movidas sociales, defender reivindicaciones de algunos pueblos con problemáticas serias. La mega minería, por ejemplo. Me preocupa esa cuestión.
-Cuando uno revisa el impacto estadístico que consiguió, puede neutralizarse. ¿Te pasó?
-Todo lo que hago fue paso a paso, con conciencia y tranquilidad. Pero los objetivos son cada vez más altos. En mi cabeza siempre estuvo el objetivo de alcanzar México, por ejemplo. En un momento no se daba, acaso porque no estaba en los momentos y lugar adecuados... Hasta que me relajé y sucedió. Y ahora pienso en esos términos, será lo que tenga que ser. Pero desde que sucedieron ciertas cosas, me empecé a sentir tan bien con lo que hacía que me preocupé por el arte, la grabación, por todo. Te voy a amar está entre las 15 canciones más escuchadas del continente y no hay que perder de vista el dato, pero nunca cargué con ninguna mochila. Siempre me responsabilicé por dejar buenos mensajes, me preocupé por hacer buenos discos.
-¿Qué vibra recibís del mundo de nuestra música? Porque sos el artista que ha destronado a Madonna y a U2, algo que, supongo, obliga al entorno a contarte las costillas.
-Siempre pensé que, mientras cada uno sea auténtico en lo que hace, todo saldrá bien y generará las condiciones para ser respetado. Disco a disco fui sintiendo el respeto de los colegas... "¿A ver qué hace este chico?" es algo que sentí, obvio. Pero también la sensación de que me empezaron a respetar cuando notaron la seriedad y el profesionalismo con lo que asumo todo. Es fundamental la onda que uno tenga para arrojarle a ese entorno. Si tirás buena onda, recibís buena onda.
-Sos el típico yerno perfecto, pero debés tener algún lado jodido. ¿O no?
-Todos tenemos nuestro lado oscuro. Nuestro punto límite. Uno puede ir corrigiéndolos a medida que aparecen. Yo puedo ser autoritario, pero tengo la cabeza abierta para escuchar las observaciones bienintencionadas de las personas que me quieren. Soy un buen tipo, pero si me pedís una palabra que me identifique: autenticidad. Con vos hablo en los mismos términos que en el escenario. Arriba no invento ningún personaje.
Paradas cordobesas en una vida en gira
Axel afrontará en breve una gira larguísima, que prevé una parada en Río Cuarto el 30 de setiembre y otra en el Orfeo Superdomo el 12 de noviembre. Son shows uno atrás del otro, con intervalos de algunos días que se invertirán en giras promocionales por ese mercado mimado llamado México. Abrumador. Agotador. ¿Cómo se prepara Axel para semejante trajín? ¿Será partidario de los cuidados intensivos?
"Por sobre todo me preocupa la voz por sobre todo. Así que todos los días a la mañana, y bajo cualquier circunstancia, hago mis ejercicios de vocalización -contesta-. El viaje en avión es cansador en sí mismo, pero está la diferencia horaria y los cambios alimenticios. En los hoteles procuro comer cosas nutritivas, que me mantengan sano. No me cuido con las comidas pero trato de alimentarme sanamente. No fumo. La voz es un músculo que hay entrenar todo el tiempo. Y cuando pinta hacer deporte, hago deporte".
